Bebé: Sus orejas y ojos ya casi se ubican en su posición final. Sus sentidos continúan desarrollándose a toda velocidad y además de escuchar los latidos de tu corazón y los sonidos de tu estómago, ya puede oir los sonidos externos! Ahora, su cabeza, brazos y piernas tienen un tamaño proporcionado y ha comenzado a crecerle pelo en la cabecita. Si es niña, sus ovarios ya contienen huevos primitivos.
Tu bebé mide 20 cm, aproximadamente, y pesa alrededor de 300 gr.
Embarazada: Es importante que extremes los cuidados de tu piel evitando exponerte al sol sin protección, porque en esta etapa es muy común que aparezca una pigmentación manchada e irregular en el rostro, llamada Cloasma del embarazo, que se acentúa o se desencadena al exponerse al sol. Esta mancha se debe a un pigmento llamado melanina, suele ser progresiva y desaparece después del parto. Lo mejor es que utilices un Factor de Protección Solar (FPS) de 15 o más y que consultes con tu dermatólogo para que te indique una rutina de cuidado de la piel en esta etapa.
Otro efecto de las hormonas es el cambio en el cabello y las uñas. Algunas mujeres notan su cabello más fuerte y sano en esta etapa mientras que otras lo sienten más seco. Lo mismo ocurre con las uñas, mientras hay mujeres que las notan más fuertes durante el embarazo, para otras sus uñas se vuelven quebradizas y blandas.
Una vez que nace el bebé, cuando los niveles hormonales se estabilizan, todo vuelve a la normalidad y hasta puede que experimentes una caída del cabello importante, pero normal, por todo ese cabello que no cayó durante el embarazo.
Sugerencias: Al planificar tu dieta, tené en cuenta que tu bebé toma el hierro y el calcio de tu cuerpo, y que incluir alimentos que los contengan te ayudará a mantener una buena nutrición.
Pareja: Ahora, el bebé escucha los sonidos externos y puede reconocer tu voz! Podés hablarle, cantarle y él lo sentirá. Ni bien nazca, el sonido de tu voz le resultará tan familiar que lo ayudará a calmarse y a sentirse “en casa”.