La efectividad de una u otra postura sexual para quedar embarazada no ha sido demostrada a través de evidencias científicas, pero, teniendo en cuenta la fisiología femenina y cuestiones de gravedad, algunas posiciones podrían ayudar.
Una de las posturas que podría ayudar en la concepción es aquella en la que el hombre se encuentra encima de la mujer, conocida como “posición de misionero”. Otra de las posturas, llamada “posición de plegaria” -la mujer se apoya sobre sus rodillas y antebrazos en posición de banco y el hombre se coloca detrás-, también contribuiría.
Estas posturas son señaladas como las más indicadas –aunque no hay investigaciones científicas que lo certifiquen- porque implican una penetración más profunda, lo que ayudaría a que el esperma se deposite más cerca del cuello del útero.
Por otro lado, hay algunas posiciones sexuales y “elementos extra” que NO ayudan si se está buscando un embarazo:
- Las posturas en las que la mujer está de pie o encima del hombre serían las menos favorables según la sabiduría popular, ya que desafían las leyes de gravedad
- Los geles lubricantes comúnmente utilizados durante las relaciones sexuales contienen sustancias espermicidas y por eso deberían evitarse al buscar un bebé. Para reemplazarlos se puede optar por lubricantes en base a aceites minerales, y algunos compuestos comerciales especialmente diseñados (en base a hidroxietilcelulosa)
- También la saliva tiene propiedades que inhiben el accionar de los espermatozoides
Inmediatamente después del coito, lo más conveniente es que la mujer no se levante para orinar o higienizarse, porque, si bien esto no ha sido demostrado científicamente, es lógico pensar que al ponerse de pie enseguida, el semen puede escurrirse a través de la vagina haciendo que se pierda una cantidad útil. Lo mejor es orinar antes del coito.
Otro consejo, comúnmente sugerido para favorecer el ascenso de los espermatozoides, es mantener la pelvis elevada con la ayuda de un almohadón puesto debajo de la cola.
La frecuencia ideal
La búsqueda de un hijo no debería ser motivo de estrés, al menos durante el período considerado como normal. El hecho de poder seguir sintiendo placer a través del sexo, más allá del anhelo de ser padres, es muy importante y primordial.
Ante la búsqueda de un bebé, es de mucha ayuda que la mujer sea consciente de su ovulación, es decir, que sepa cuándo se produce.
Por ejemplo, en una mujer que menstrúa regularmente (cada 28 o 30 días), la ovulación se da aproximadamente a mitad del ciclo (entre los días 12 y 17). Pero ¿cómo identificarla? Los días fértiles pueden ser identificados mediante el seguimiento del moco cervical, que se caracteriza por ser más abundante, transparente, cristalino y filante (resbaladizo) durante el período ovulatorio.
Para aquellas mujeres a las que les cuesta identificar sus días fértiles o quieren mayor precisión, existen instrumentos que se venden en cualquier farmacia (test ovulatorios) que se realizan en orina y son de gran utilidad.
Otro dato a tener en cuenta es que la calidad del semen disminuye pasados los cinco días de abstinencia. Y cuando se trata de semen normal, las eyaculaciones diarias no afectan la calidad, sin embargo, si el hombre sufre de alteraciones leves en su semen, es aconsejable una abstinencia de al menos dos días para que recupere los valores habituales.
Por lo tanto, la frecuencia ideal para mantener relaciones sexuales cuando se está buscando un bebé, sería cada 48 hs. y en los días fértiles (entre los días 12 y 17 del ciclo menstrual regular).
Hay que tener en cuenta que los buenos hábitos como el cuidado de la salud, una dieta sana, realizar deportes o ejercicios periódicamente, disminuir el estrés de la vida cotidiana y fundamentalmente evitar el cigarrillo tanto como el consumo de alcohol en exceso, siguen siendo las medidas más importantes a la hora de comenzar con la búsqueda de un hijo.
Quedar embarazada puede llevar tiempo, por eso, como pareja hay que estar preparados, evitar la ansiedad y tener en cuenta que en aquellos casos en los que la mujer tiene menos de 35 años de edad, el tiempo de búsqueda considerado “normal” es de un año, mientras que cuando se trata de una mujer de 35 años o más, es de seis meses. Pasados esos períodos, es conveniente consultar con un médico especializado en fertilidad.
especialista en medicina reproductiva