Este síndrome es un diagnóstico al que se arriba cuando un bebé menor de un año fallece repentinamente por causas que no se pueden determinar, incluso luego de haber realizado una exhaustiva investigación médica y legal que incluya una autopsia, la revisión de la historia clínica del bebé, etc. Si bien no hay manera de prevenirlo, es posible reducir los riesgos incluso desde el embarazo, a partir de una serie de cuidados.
Desde la Sociedad Argentina de Pediatría, recomiendan:
- Realizar todos los controles periódicos indicados por el médico una vez confirmado el embarazo: el riesgo de SMSL es de dos a tres veces más elevado en hijos cuyas madres no realizan control prenatal o lo inician muy tardíamente, siendo menor en los niños cuyas madres han realizado su primer control obstétrico antes del tercer mes de embarazo.
En un embarazo de bajo riesgo, la recomendación del Ministerio de Salud de la Nación es de un mínimo de cinco controles prenatales, comenzando antes de la semana 13 de gestación.
- Evitar la exposición al tabaco durante la gestación y después de ella.
- Evitar el consumo de alcohol y drogas ilícitas durante la gestación y luego del nacimiento del bebé. Un estudio reciente muestra que la ingesta de alcohol durante el embarazo sextuplica el riesgo de SMSL. Por otro lado, se ha estudiado una mayor incidencia de SMSL en aquellas madres que, durante el embarazo, consumen metadona, cocaína y heroína, entre otras drogas.
Para tener en cuenta
Situaciones tales como placenta previa, ruptura prematura de membranas y desprendimiento placentario, aumentan el riesgo de SMSL.
Por otro lado, si bien la asociación entre anemia durante el embarazo y mayor riesgo de SMSL es motivo de controversia, la interacción entre el tabaquismo materno (más de 10 cigarrillos por día) y anemia (hematocrito menor de 30 por ciento) durante el embarazo aumenta el riesgo de SMSL de manera significativa.
Fuente: Sociedad Argentina de Pediatría