Características del bebé: 1 año y 10 meses (22 meses)
Ahora que tu hijo es más independiente, aunque tenga momentos en los que no se desprende de vos, querrá hacer muchas cosas solo. Para no estar batallando todo el día y para cultivar su independencia, podés permitirle acciones como cerrar la canilla después de lavarse los dientes, que elija la ropa que va a ponerse (para evitar que salga con campera en verano podés ofrecerles dos o tres opciones y que él elija), que encienda la luz al entrar a su cuarto, etc. Si bien los límites siempre deben estar, y su seguridad es lo primero, que le permitas hacer cosas solo le dará más confianza en sí mismo.
Si insiste en hacer algo que no debe, para evitar el berrinche, tan común en esta etapa, lo mejor es distraerlo o hacer alguna “payasada”. Preguntarle si quiere escuchar música, invitarlo a jugar el juego que más le gusta o hacer alguna voltereta, risotada o baile para despertar su risa y así, ayudarlo a olvidar eso que quería hacer.
Entre las cosas que no se pueden discutir, está el uso de la sillita de seguridad del auto. ¿Qué hacer cuando no quiere utilizarla?
¿Notás que está intentando dar saltitos? Saltar con los dos pies le va a llevar un tiempo más, mientras tanto, va practicando esta habilidad dando “medios saltos” con un solo pie. Para incentivarlo podés ayudarlo a saltar sosteniendo sus brazos al ritmo de “uno, dos y...tres!”
“Mi hijo habla poquito” Hay niños más comunicativos que otros, pero esto no significa que sean más inteligentes o estén más avanzados que los más callados o que los más callados tengan problemas para hablar. De hecho, los niños que hablan poco pueden saber la misma cantidad de palabras pero ser más exigentes para pronunciarlas. Ante la duda, lo mejor es consultar con el pediatra, que evaluará si es necesario hacer algún tipo de seguimiento o estudio, y evitar las comparaciones, sobre todo con respecto a la cantidad de palabras que pronuncia el niño, porque este desarrollo presenta muchas variaciones de un niño a otro a esta edad.
Alimentación: si tu hijo es de comer poco, ordenar sus comidas evitando que "picotee" entre horas permitirá que llegue con más hambre al momento de comer. Es importante que el agua sea su bebida principal y dejar las gaseosas, los jugos artificiales y las golosinas, que quitan el apetito, solo para ocasiones especiales.
Hay niños que pasan por épocas en las que solo quieren comer ciertos alimentos, como por ejemplo pastas. Para sumar más opciones a su menú, podés “esconder” en su plato preferido otros alimentos cortándolos en trozos pequeños y mezclándolos bien, preparar una crema con alguna verdura procesada y queso para darle un toque a los fideos, etc., hasta que vuelva a comer más variado.
¿A qué jugamos?
Rompecabezas: la mayoría de los niños no puede armar rompecabezas tradicionales con piezas pequeñas hasta los 3 años, aproximadamente, pero hay rompecabezas con piezas grandes que se pueden usar a partir de esta etapa. Mientras tu hijo va insertando las piezas, podés nombrar cada cosa y cada color para estimular su lenguaje. Si es un rompecabezas de animales, además de nombrarlos, pueden jugar a repetir los sonidos que hacen a medida que lo arma, cantar canciones o inventar historias.
Al básquet: los juegos con pelotas refuerzan la coordinación visual-motora de los niños. Para estimularlo, podés armar un juego de básquet en casa con una pelota y una caja o un canasto (el de la ropa puede servir) lo suficientemente grande para que la pelota entre sin dificultad. Animalo a lanzar la pelota hacia el canasto o caja, si no logra embocarla acercalo un poco más, y si le es muy fácil, alejalo. Festejá sus logros, pero también sus intentos!