Características del bebé: 1 año y 11 meses (23 meses)
La etapa de los berrinches se da con mayor intensidad alrededor de los dos años. Esto sucede generalmente cuando tu hijo siente frustración o enojo porque no puede hacer algo y busca entonces la manera de llamar la atención de quien se lo está negando y, fundamentalmente, porque todavía no puede recurrir al lenguaje como lo haría un adulto para expresar su malestar.
Tener que bañarse, cambiarse de ropa, dejar de hacer algo que lo tenía entusiasmado o aceptar una negativa, por ejemplo, frente al kiosco de golosinas o la juguetería, son algunas de las situaciones que pueden disparar un berrinche.
En estos casos es importante tener en cuenta que el niño que va aprendiendo que si se tira al piso y patalea delante de los invitados consigue comer el postre antes que la comida, lo tomará como una herramienta. Eso es una conducta inteligente, porque repite algo que le permite alcanzar el éxito. Pero si el pequeño aprende que el "no" de sus padres no se modifica con una rabieta, a la larga descartará ese método por no resultarle útil. Es decir que si aprendemos a manejar sus primeros berrinches, con paciencia y sin gritos ni golpes de ningún tipo, evitaremos otros en un futuro. Lleva su tiempo, pero vale el esfuerzo.
¡Ya llega su cumpleaños! Es increíble cómo pasa el tiempo, tan rápido y tan intenso. Ahora tu pequeño es más parecido a un niño que a un bebé. Ya camina con mayor firmeza, erguido, entiende más cosas y cada día va adquiriendo más palabras.
¿Ya pensaste qué hacer para celebrarlo? Ahora que está más grande puede disfrutar más de los globos, el momento de soplar las velitas, los dulces, juegos, etc., pero aún es chiquito para payasos o disfrazados, que lo pueden asustar. Si planeás el festejo respetando su siesta estará lo suficientemente descansado y podrá disfrutarlo más.
¿A qué jugamos?
Collares de pasta: en general, los niños de esta edad ya pueden manejar con más precisión sus manos y dedos, lo que les permiten hacer tareas cada vez más complejas. Para incentivarlo pueden hacer collares con piezas grandes, como cuentas o fideos de agujeros grandes y un hilo o cinta bebé para enhebrarlos. Antes pueden pintar los fideítos con témpera o teñirlos con colorante comestible para que el collar quede colorido.
A pintar: si no te importa ensuciarte un poco con él, podés pintar con rodillos de esponja ya que son una herramienta fácil de manipular por los chicos y permite trabajar en superficies grandes y sin frustrarse. Cartulinas o afiches pueden ser el lienzo perfecto para esta obra de arte.