Cuando los chicos están enfermos, una de las maneras de manifestarlo es rechazando cualquier cosa que se les ofrezca, y esto incluye, por supuesto, los medicamentos. A esto se le suma que los padres pueden ponerse nerviosos o ansiosos al darles un remedio, temiendo que lo escupan o lo rechacen.
Si son bebés pueden mover su cabeza de un lado al otro, cerrar los ojitos o llorar desconsoladamente al ver que les van a dar algo que no quieren, y cuando tienen uno o dos años, puede ponerse más complicado, porque si bien entienden algunas cosas, todavía no comprenden lo importante que es para su salud que tomen lo que les están dando.
¿Cómo administrar medicamentos cuando se hace difícil?
- Si el remedio es en gotas o jarabe:
- Si el remedio es en gotas vía oral o jarabe, es más sencillo. En este caso, cuando con cuchara es imposible, un gotero o cuentagotas es lo ideal (siempre chequeando que la medida sea la correcta). También se puede utilizar una jeringa (sin aguja), sobre todo si es un medicamento más espeso. Para evitar que lo escupa o se atragante, colocamos al bebé en nuestro regazo, como si fuéramos a darle el pecho o la mamadera (podemos ayudarnos colocando un almohadón debajo de su cabeza), e introducimos un dedo en su mejilla, colocamos el gotero o jeringa allí mismo, lo vaciamos y dejamos el dedo hasta que el bebé trague el medicamento. Otra manera es presionar sus cachetes con el dedo pulgar e índice, para mantener sus mandíbulas separadas, e introducir la jeringa, gotero, etc. en un lado de la boca (no al fondo de la garganta porque así se puede atragantar y escupir el remedio).
- Si hay que ponerle gotas en los ojos, debemos colocarlo boca arriba y sostener su cabecita con una mano mientras con la otra dejamos caer la gota en el ojo. Podemos mantener su párpado superior abierto con el pulgar de la mano con la que sostenemos su cabeza. Otra persona puede ayudarnos a sostener sus bracitos de manera que no intente sacarnos. Y si no hay forma de que mantenga los ojos abiertos, hay médicos que sugieren colocarle las gotas en el lagrimal y mantenerlo boca arriba hasta que abra los ojos y las gotas ingresen, pero en este caso es más difícil controlar que la dosis que entró sea la indicada.
- Cuando las gotas son para el oído, debemos acostarlo de costado, tirar suavemente de la oreja hacia atrás y colocar las gotas. Para que las gotas puedan ingresar bien en el oído debemos tratar de mantener al niño de costado unos segundos. Si es de moverse mucho, otra persona puede ayudarnos sosteniéndolo. Un truco para que no se asuste cuando sienta las gotas en el oído es calentar el recipiente previamente frotándolo entre las manos, porque el líquido tibio se siente menos.
- Si el remedio es en comprimidos:
Por lo general, los medicamentos infantiles vienen en presentaciones líquidas ya que es más fácil administrarlos así, pero en caso de que el medicamento recetado sea en pastillas, podemos dárselo al bebé de la siguiente manera:
- Pisar la pastilla y colocarla en una cuchara, mezclada con unas gotas de agua o leche que tome el bebé. Colocarlo en nuestro regazo, si no abre la boca, presionar suavemente sus cachetes con el dedo pulgar e índice para mantener sus mandíbulas separadas e introducir la cuchara rápidamente.
Para tener en cuenta: mezclar los medicamentos con el contenido de su mamadera o vasito no es lo ideal, porque a menos que termine de beber todo su contenido no sabremos con certeza si recibió la dosis completa. Además, puede terminar asociando la mamadera o vasito con el sabor del medicamento y rechazarla.
¿En qué casos debemos volver a dárselo?
Si vomita dentro de la media hora de haberlo recibido, habría que volver a dárselo. Si las gotas caen fuera del ojo u oído, también hay que colocarlas nuevamente.
¿Qué hacer si a pesar de todos los intentos el bebé sigue sin retener el medicamento?
Si no hay manera de que el bebé o niño retenga el medicamento cada vez que se lo damos, es importante consultar con el médico, quien tal vez opte por otra alternativa como supositorios, inyecciones, vía intravenosa, etc. de manera que el reciba el tratamiento necesario.
Consejos clave
Para evitar los nervios y los errores al momento de darle remedios a los chicos, se aconseja:
- Leer bien las instrucciones al comprar un medicamento y nuevamente al prepararlo, antes de dárselo al niño, para estar seguros de lo que hacemos.
- Revisar la fecha de vencimiento antes de comprarlo o de administrarlo.
- Seguir al pie de la letra las indicaciones del médico (cantidad de dosis, horario de toma, etc.) y cualquier duda preguntarle nuevamente.
- Respetar las indicaciones de conservación (en heladera, a temperatura ambiente, etc.) indicadas en el envase y el tiempo que se puede mantener luego de haberlo abierto.
- Pensar previamente dónde se lo vamos a dar (a upa, en el cambiador, la cama, etc.)
- Los jarabes suelen venir con un envase medidor como una cucharita plástica, vasito, gotero o jeringa apropiada para su administración. Lo ideal es no sustituirlos por otros medidores porque la dosis debe ser lo más exacta posible.
- Nunca dejar el medicamento al alcance de los niños porque pueden ingerirlo sin que nos demos cuenta.
- Pedirle ayuda a alguien para controlar los movimientos del bebé o niño, para que nos alcance el medicamento, lo entretenga con algún muñeco, etc.
- Mostrarse tranquilos y hablarle suavemente al bebé mientras le damos el medicamento.
Asesoró: Dra. Marisa Jaitt, pediatra