Al jardín de infantes concurren niños pequeños que provienen de diferentes familias. Y no todas las familias son iguales.
Familias clásicas, madres que crían a su hijo solas, familias con muchos hijos, padres separados, madres que no cuentan con ayuda familiar, parejas con hijos con capacidades diferentes, etc.
Todos estos modelos de familia concurren y coexisten en “el jardín”.
Cada papá y cada mamá, eligen el jardín a partir de sentir y establecer un buen vínculo con la directora, la institución y la maestra de su hijo, depositando la confianza en cada uno de ellos.
Esta decisión tan trascendente no está separada de la propia historia que traemos como personas, recuerdos y relatos acerca de ella, como así todo un sistema de creencias acerca de lo “bueno y lo malo” de mandar un hijo al jardín a determinada edad.
Todo se entremezcla y entra en juego a la hora de la gran elección.
¿Cuál es la función del jardín?
A través del jardín maternal y el de infantes ingresará a un mundo social más allá de las 4 paredes de casa, que hasta ahora lo contuvieron y se le abrirá un mundo diferente.
Este gran cambio, produce un poco de nervios, ansiedad, temor y algunas resistencias. Y cuando los chicos perciben que dudamos, dudan ellos también.
A veces, por cuestiones laborales, no podemos elegir un jardín y se nos impone un único posible. En ese caso en el intercambio, deberemos fijar acuerdos y prioridades para asegurarnos que cubren la mayoría de nuestras expectativas y conversarlo previo a dejar a nuestro hijo ahí.
Hay que tener en cuenta que este proceso es lento y lleva su tiempo. Será un espacio donde conoceremos niños que luego serán sus amigos, conoceremos padres y madres, quienes serán nuestros compañeros de ruta. Y nuestro hijo se vinculará con sus compañeritos a través de caricias, pellizcones, gestos y palabras. Y a medida que crezca y con el tiempo en el intercambio social, irá adquiriendo pautas y normas de la cultura en la que se encuentra inmerso.
Somos seres sociales y a partir de este nuevo espacio conocerá otros estilos, otros modelos diferentes a mamá o papá.
¿Cuándo comenzar el jardín?
No hay un momento ideal para comenzar. Según la historia de cada familia y sus posibilidades, sus deseos y necesidades, harán ingresar a sus niños en el momento elegido a este nuevo mundo.
Lo importante es que si la decisión está tomada, con todos los recaudos necesarios, sea vivida con tranquilidad y alegría.
Algunos comenzaran de bebés, otros a los 2, a los 3 o a los 4 años.
Las experiencias no serán ni mejores ni peores. Sino diferentes.
Claves a la hora de elegirlo
- Guiarse fundamentalmente por la intuición personal de cada mamá y de cada papá.
- Garantizarse que el jardín sea un lugar seguro, organizado, cálido y con personal capacitado para trabajar con niños pequeños.
- Observar si hay intención por parte de la institución de generar un vínculo estrecho con los padres. Y no dejarlos afuera.
El Jardín de infantes, no sustituye a la familia sino que la complementa, por eso se debe trabajar en equipo para que esta experiencia funcione.
Esto favorecerá el trabajo sobre el rol de padres y un apoyo mutuo en esta etapa temprana de crecimiento y aprendizaje para todos.
Asesoró Lic. Alejandra Libenson
Psicóloga, Psicopedagoga
Especialista en crianza, vínculos familiares, pareja y fertilidad
Autora de libro “Criando hijos, creando personas