La amistad es una hermosa relación que tiene sus cimientos en los primeros años de la infancia. En casa, los hermanos son una especie de “prueba piloto” de este vínculo; con ellos se ejercita, se juega y se practica porque brindan la oportunidad de intercambiar, socializar y llevar a cabo en el hogar aquello que luego se desarrollará fuera, en otros ámbitos y con otros niños.
En el caso de los amigos, esta relación se construye. Es un aprendizaje complejo, con muchas aristas y que no se puede forzar. Su base está en las afinidades. Cuando los chicos comienzan a compartir experiencias y espacios que les permiten encontrar gustos y preferencias en común, aparecen los amigos.
Así, los padres se encuentran con muchos tipos de amistad relacionados con el momento que viven los chicos: los amigos del colegio, los de las vacaciones, los del club, los de la plaza, etc..
Alrededor de los 3 o 4 años, cuando aparece la posibilidad de hablar, interactuar, elegir, comienzan a aparecer también los “mejores amigos”, que pueden ir cambiando en un corto plazo y que más adelante, a eso de los 8 años, cuando se definen más claramente los intereses y preferencias y los chicos están más abiertos y atentos a los deseos y perspectivas de los demás, se convierten en un vínculo muy especial, tanto para los niños como para las niñas.
De todas maneras, no todo es color de rosa en este intercambio donde surgen sentimientos como los celos, la competencia y la rivalidad, pero también la alegría de compartir, las ganas de estar con los demás y el disfrute de hacer esas cosas que le gustan al otro o a otros.
En este sentido, es importante que los padres puedan transmitirle a sus hijos las bases de una buena amistad, que son:
- La confianza mutua
- La comunicación y contención
- La sinceridad sin temor a no ser aceptado
- El respeto
- Y el comportamiento de "ida y vuelta".
Siempre respetando los tiempos de los niños y favoreciendo los vínculos y los espacios de socialización, sin presionarlos para que tengan amigos o jueguen juntos, porque puede suceder que aún no estén preparados. Ellos marcarán el ritmo y se vincularán de distintas maneras a medida que vayan creciendo.
La amistad se comparte
Puede pasar que, alrededor de los 8 años, cuando la idea de “mejor amigo” se consolida, los chicos no toleren que su gran amigo tenga otros amigos, pero es importante que puedan elaborar estos sentimientos y trabajarlos para que no se produzca sufrimiento, enojo o retraimiento. Porque la amistad también es poder aceptar al amigo de un amigo.
Un amigo no es propiedad de nadie, la amistad se comparte y esto es algo que los chicos aprenderán sobre la marcha.
¿Qué hacer cuando nuestro hijo tiene algún problema con su amigo/a?
La amistad, como todos los vínculos, no es estable. Puede tener momentos de mayor o menor encuentro y es fundamental ayudar a los chicos a tolerar estos altibajos sin que se sientan personalmente afectados.
Como no se trata de un sentimiento estático y neutro, los chicos deben saber que la amistad también puede estar teñida de actitudes que no siempre gustan.
Además, la amistad es una especie de hermandad elegida. Es decir, los lazos de amor se basan en una historia compartida por ambas partes, que eligen esta amistad sin que interfiera el factor genético, sin la “obligación” de quererse. Por eso, es necesario cuidarla y alimentarla.
Si el niño descubre que hay algo que le molesta o no le gusta de su amigo es importante que lo hable abiertamente con él. Lo mismo en el caso de que se produzca un distanciamiento debido a un conflicto. Hablarlo sin dejar de lado lo que se siente y expresarse sin el temor a ser rechazado es clave.
Contar con el apoyo de un amigo que escucha y entiende es muy importante en la vida de las personas. Sentir que no es necesario hacer o decir lo que el otro quiere escuchar por temor a perderlo, resulta fundamental. Transmitirle esto a los chicos los ayudará a construir una amistad que puedan disfrutar, basada en la confianza, el respeto y el cariño.
Las claves de la amistad
Para compartir con los chicos:
- Los vínculos amistosos nacen de intercambios a veces ocasionales que se repiten y profundizan. En este vínculo, dos o más personas reciben y dan afecto, expresan sus valores, sus emociones y experiencias mutuas.
- La amistad es un ida y vuelta, es decir, ambas partes reciben y dan desinteresadamente tiempo y dedicación.
- Una verdadera amistad se trata de estar cerca y dispuesto cuando un amigo lo necesita.
- La amistad hace posible decirle a los amigos lo que uno piensa de ellos sin ofenderlos, con el fin de ayudarlos cuando piden su opinión, tratando siempre de ser cuidadoso con las palabras y respetuoso con los silencios cuando el otro prefiere no hablar.
- El afecto, la confianza, la honestidad y la sinceridad son claves en una amistad.
- La amistad ayuda a ser más solidarios, ya que habitualmente permite ponerse en el lugar del otro. También ejercita la capacidad de comprender lo que sucede alrededor.
- Tener amigos y saber que se puede contar con ellos y que el otro es muy importante para uno mismo eleva la autoestima.
Asesoró: Lic. Alejandra Libenson, psicóloga y psicopedagoga
Autora de “Los nuevos padres” y “Criando hijos, creando personas”